lunes, 25 de abril de 2016

Frases y algo más

Con el paso del tiempo, desde los 18 años aproximadamente, empecé a anotar las frases que más me llamaban la atención, frases que he ido revisando y que han ido marcando el ritmo en mi vida, como si fueran mantras que iba recitando en cada momento. Hoy tomo conciencia de esto, una sana costumbre pienso, y ahora entiendo que cada una fue resonando en mí dado el momento en el que me hallaba. No recuerdo la autoría de todas, así que colocaré el nombre de quien recuerde, a los que no les pondré interrogación y las que no tienen nada, son mías. Aquí las comparto, pienso que alguna resonará. Toma las que necesites, hoy o mañana, pueden servirte:

- "Si no estuvieran colgadas tan alta la luna y el sol, de seguro que ya los hombres los habrían cambiado de lugar" (¿?)

- "Las personas siempre llegan en el momento justo donde están siendo esperadas" Paulo Coelho

- "Principiar por el principio" (¿?)

- "Utopía mientras uno espera que sea el prójimo quien dé el primer paso, pero, ya realidad si lo da uno mismo" (¿?).

- "La escuela de la calle te enseña a defenderte de las fieras de la selva de cemento" (¿?).

- "El hombre debe ser salvado de los salvadores de la humanidad" Krishnamurti.

- "Querer algo de alguien es la causa de vuestra  miseria" Krishnamurti.

- "El yo no es más existente que inexistente, no es más ser que nada, es de la esencia inefable entre los dos extremos" Siddharta (Buda).

- "Aún cuando tu cabeza esté en las nubes, es necesario que tus pies estén puesto en la tierra" Munocoo

- "Tan lleno está el aire de éstos fantasmas, que no se sabe cómo evitarlos" Fausto - Goethe.

- "La velocidad, el tiempo, el espacio, etc. son límites. Sé tú mismo, no te pongas números" (¿?).

- "Si alguien ama una flor y no existe más que un sólo ejemplar en millones y millones de estrellas, ésto es motivo suficiente para que ese alguien, se sienta feliz cuando la mira". Principito.

- "No se ve bien sino con el corazón, pues, lo esencial es invisible a los ojos". Principito.

- "Las decisiones constituyen una forma de definirnos. Son una forma de dar vida y significado a las palabras, a los sueños. Son la forma de permitir que seamos lo que queremos ser". El Delfín. Sergio Bambarén.

- "El secreto de una vida plena y feliz reside en aprender a distinguir entre los tesoros auténticos y los falsos" El Delfín. Sergio Bambarén.

- "Cuando quiera algo, mantenga los ojos bien abiertos, concéntrese y tenga muy claro lo que desea. Nadie acierta a su objetivo con los ojos cerrados". Paulo Coelho.

- "El sentido de la vida, es vivirla". Claudio Naranjo.

- "La naturaleza no necesita permiso para vivir" Fritz Perls.

- "Amigo, no temas equivocarte, los errores no son pecado. Las equivocaciones son maneras de hacer algo de un modo diferente, tal vez en forma novedosamente creativa. Amigo, no le tengas temor a tus equivocaciones. Amigo, no te arrepientas de tus equivocaciones. Ponte orgulloso de ellas. Tuviste el coraje de dar algo de ti. Toma años el llegar a centrarse; demora más que años llegar a entender lo que es el estar ahora". Fritz Perls.

- "Aprender es descubrir que algo es posible" Fritz Perls.

- "Amar consiste en generar el escenario para que el otro sea quien es, no quien debería, no quien yo quiero, sino realmente quien es". Jorge Bucay.

- "El amor es el regocijo por la sola existencia del otro". Jorge Bucay.

- "Nadie es más vulnerable a creerse algo falso que aquel que desea que la mentira sea cierta". Jorge Bucay.

- "Mi humanidad disminuye cuando excluyo cualquier parte de mí misma". Barry Stevens.

- "El darse cuenta tiene un costo, se llama responsabilidad, y cuando éste camino empieza... no hay marcha atrás".

- "Disimular no cambia la historia".

- "Toda la vida entraña un riesgo... el riesgo de ser vivida".

- "Deber y crecer, no son verbos que conjuguen, son un accidente literario-cultural-existencial, que devasta muchas vidas. Crecer y Elegir, son en cambio verbos de infinitas rimas, para conjugar en cada acto, en cada momento, en cada circunstancia, en cada historia y con cada protagonista de su novela existencial".

- "La actitud amorosa con la que acompañamos al otro, no consiste en decirle lo que tiene que hacer, consiste en estar presentes junto al otro para que descubra lo que necesita, se trata de contribuir no de influir".


Por hoy, me detendré aquí. Continuaré en un siguiente post con más frases, además de cuentos.

Abrazo.

Os.

lunes, 14 de marzo de 2016

Experiencias de Evaluación


Recuerdo que en la universidad, al llevar los cursos de pruebas psicométricas de eficiencia, de personalidad y pruebas proyectivas, los profesores se esmeraban por demostrar que las pruebas que enseñaban eran la llave para el éxito en los procesos de evaluación “que todo psicólogo debe de manejar”. Recuerdo el esmero con el que nos hablaban de las propiedades psicométricas de validez y confiabilidad y cómo los instrumentos al poseer éstas propiedades podrían facilitar el mayor conocimiento de los examinados [1]. Así también, las explicaciones de las pruebas proyectivas y cómo remarcaban que estas pruebas no podían ser falseadas, pero lo curioso es que nunca nos enseñaron que el contexto, lugar de procedencia y conceptualizaciones del mundo en la persona podían influir y dar resultados diferentes; es más, no recuerdo que me hayan enseñado una prueba proyectiva donde se pueda hallar un resultado “normal”, es decir, siempre el afán de rotular y decir que “los demás tienen algo”.

Cuando pasé la etapa de internado, en el Hospital Psiquiátrico, en el departamento de Diagnóstico, aprendí un nuevo sentido para interpretar las pruebas, puesto que sólo lo hacía según las vivencias del paciente, las cuales contaba durante la sesión y que eran corroboradas con entrevistas a los familiares (de hecho algo bastante fenomenológico). Entonces las pruebas pasaron a un segundo plano, pues sólo eran complementarias y me centré más en la entrevista y observación para realizar las evaluaciones, que complementaba con las pruebas. Aprendí lo fácil que se les hacía a los pacientes falsear un Millon II, especialmente a los pacientes con problemas adictivos, trastornos borderline de personalidad y también a quienes tenían trastornos de personalidad psicopática.  Observé además, cómo las personas con una aplicación test- retest, pasaban de un temperamento flemático a colérico en tan sólo dos meses [2].

Ha pasado el tiempo y ahora trabajo con personas que son de la selva baja [3], también en procesos de evaluación y es curioso ver cómo el contexto de donde vienen permite entender mejor sus pruebas proyectivas. Por ejemplo, cuando llevé en la universidad el curso de Pruebas Proyectivas, especialmente el del Dibujo de la Figura Humana, recuerdo que se nos enseñaba que los botones en la ropa (es decir la excesiva cantidad) representaba la dependencia que puede tener el individuo hacia alguna figura vinculante, pero en las personas de la selva baja, he hallado que el dibujo de la camisa con botones, no representa en absoluto signo de dependencia, al contrario, representa una visión de elegancia y estatus dentro de su ámbito puesto que no todos tienen la oportunidad de tener una camisa y el que la tiene es considerado como una persona elegante o mejor posicionada. He notado además que el signo de la dependencia materna radica en el dibujo de senos marcados en la figura femenina. Incluso, cuando estructuran el cuerpo y la ropa con la que lo visten, en vez de zapatos suelen poner sandalias o pies descalzos.

Con estas mismas personas, muchas veces los referentes me piden que realice evaluaciones de inteligencia y es curioso cómo uno debe de agenciarse la posibilidad de adaptar las pruebas. Concretamente, al aplicar el WAIS, por ejemplo, hay preguntas como “qué harías si estás en el cine y eres el primero en observar que hay fuego”, lo curioso es que en muchos de los casos, éstos chicos no conocen lo que es un cine y uno tiene que improvisar o preparar reactivos que puedan medir de una u otra manera la misma habilidad que la prueba pretende medir.

Considero que toda esta experiencia de evaluación,  me permite (al menos hasta el momento), llegar a la conclusión de que las pruebas psicológicas no son determinantes en el conocimiento de una persona, nos dan un gran panorama, pero siempre y cuando sean interpretadas en el contexto de la evaluación y de la procedencia del examinado, pues hay que conocer su mundo de significados para poder saber con precisión a qué se refiere cada una de las respuestas que nos dan. He tenido que llevarme en muchos casos la desagradable sorpresa de que algunos colegas al evaluar a estas personas han hecho interpretaciones como si se tratara de personas de la ciudad, es decir, bajo criterios citadinos, por lo cual al emitir resultados los califican en muchos casos como “psicóticos”, “homosexuales” e incluso como “ociosos”, “tontos” o “poco inteligentes”. De hecho esto pone en evidencia la gravísima obligación que tenemos de ser serios en nuestra labor, pues no podemos interpretar las pruebas de la misma manera en diferentes lugares. El Perú, es un país que presenta una pluriculturalidad, y como tal, cada persona debe ser conocida (en su evaluación)  bajo el significado de su propia “cosmovisión”, tomando en cuenta su lugar de procedencia, costumbres, modo de pensar (sobre sí mismo y los demás), modos de relacionarse, etc. y bajo esta perspectiva, nosotros como psicólogos estamos llamados a “quitarnos las sandalias” ante las personas, pues al evaluarlos, debemos saber que “el lugar que pisamos es sagrado”. 

Tomando en cuenta esto último, es importante que el profesional en psicología al hacer uso de las pruebas o durante el proceso de evaluación, no se sienta en una posición de superioridad con respecto al evaluado [4], ya que esto sesgaría por completo los resultados del proceso. Hay que tomar cada proceso como nuevo y tener en cuenta las palabras de Wojtyla [5]: “Hay que experimentar. Hay que empezar desde la experiencia de lo que es, de lo que existe, tal como es, como se manifiesta, sin ninguna condición a priori superpuesta, ni en la experiencia, ni en el desarrollo de la misma”.

Finalmente, considero importante recalcar que el mayor instrumento de evaluación será siempre el investigador o evaluador, las pruebas psicológicas son extensiones del mismo, que permitirán hallar datos que deben ser integrados a lo observado, para que a partir de ello puedan utilizarse las teorías conocidas y en otros casos puedan generarse otras nuevas. No hay que “reificar” a los instrumentos sino que hay que asumirlos simplemente como lo que su nombre señala “instrumentos”.



[1] Lo que me sigo preguntando es: ¿por qué se hace tanto énfasis en estas propiedades si se utilizan en su mayoría pruebas que no están validadas en nuestro medio?... en todo caso, con el mismo énfasis con que se enseñan éstas propiedades, debería realizarse estudios de validación.

[2] A veces era porque simplemente falseaban, a veces porque estaban deprimidos y las preguntas que son parte del inventario de personalidad de Eysenck, se presentaban como indicadores de depresión. Pero si se mide un constructo específico, ¿por qué este varía tanto si es una prueba validada en nuestro medio? ¿Por qué una variable afecta tanto a la otra si la prueba es válida  y mide lo que pretende medir? De hecho, el temperamento es una parte invariable, es decir, controlable pero no mutable.

[3] Cuando hago referencia en este trabajo a personas de la selva baja, me estoy refiriendo a las personas que viven a las orillas del río Amazonas y que no cuentan con servicios básicos, no tienen sistema de desagüe, ni luz ni agua, apenas unas maderas con las que hacen su casa, además de vivir con algunas donaciones que puedan regalar los misioneros de la zona. Me estoy refiriendo a zonas muy precarias y no exploradas por los profesionales de la salud. Normalmente, en el mes de Enero  de cada año, estoy unos 15 días conviviendo con ellos, realizando observación participante como parte de mi trabajo, lo que me permite entenderlos mejor y poder brindarles una mejor ayuda.

[4] Algo así como sentirse “sano” frente al supuesto “enfermo”.

[5] Wojtyla, K. (2005) Mi visión del hombre. Trilogía Inédita I. Madrid, Biblioteca Palabra.

martes, 23 de febrero de 2016

El Duelo como fuente de crecimiento

La palabra "Duelo" tiene una proveniencia latina (Dolus) que significa "dolor". Cuando hago referencia al Duelo, me estoy refiriendo a la experiencia de dolor que significa el desapego, la despedida de alguien o algo de nuestras vidas (personas, mascotas, trabajos, objetos, etc.), que algunos le llaman también "pérdida".

Al respecto, existe material de divulgación, investigaciones sobre la experiencia de duelo, que marcan algunas referencias de los aspectos comunes; sin embargo, existen también los aspectos singulares de cada uno. Cuando hablo de aspectos comunes, me refiero a las distintas similitudes que existen en la manifestación del duelo en cualquier persona; cuando menciono aspectos singulares me refiero al modo en que las personas desde su particular forma de estar en el mundo son capaces de asimilar y transitar hasta agotar el duelo o de desatenderlo.

ASPECTOS COMUNES EN EL DUELO

Elizabeth Kübler-Ross (1926 - 2004) fue una Médico - Psiquiatra Suiza que se dedicó a acompañar a las personas en el camino de la enfermedad terminal, a través de los cuidados paliativos, siendo una figura significativa en la Tanatología. Ella tipificó el duelo en 5 etapas:

  1. Negación.- Es la fase en que la persona se dice a sí misma "esto no me está pasando a mí", es vivir como si no hubiera ocurrido nada.
  2. Enfado, Indiferencia e Ira.- Es una fase en la que el doliente, experimenta enojo y culpa, que puede expresar culpándose a sí mismo y/o al "objeto" del duelo.
  3. Negociación.- En ésta etapa el doliente busca una solución a la pérdida, es decir, mira el "hecho" como un problema que trata de resolver, aún cuando éste no es resolvible.
  4. Dolor Emocional.- Es la etapa de tristeza por la separación.
  5. Aceptación.- Cuando el doliente asume que la separación es inevitable y supone una reconfiguración de la situación de vida.

Por su parte, Fernández & Rodríguez (2002), en una publicación titulada "Intervenciones sobre problemas relacionados con el duelo en situaciones de catástrofe, guerra o violencia política", señalan que las manifestaciones corrientes del duelo son:

  • Sentimientos: Tristeza, rabia (incluye rabia contra sí mismo e ideas de suicidio), irritabilidad, culpa y autorreproches, ansiedad, sentimientos de soledad, cansancio, indefensión, shock, anhelo, alivio, anestesia emocional.

  • Sensaciones Físicas: Molestias gástricas, dificultades para tragar o articular, opresión precordial, hipersensibilidad al ruido, despersonalización, sensación de falta de aire, debilidad muscular, pérdida de energía, sequedad de boca, trastorno del sueño.

  • Cogniciones: Incredulidad, confusión, dificultades de memoria, atención y concentración, preocupaciones, rumiaciones, pensamientos obsesivoides, pensamientos intrusivos con imágenes del muerto.

  • Alteraciones Perceptivas: Ilusiones, alucinaciones auditivas y visuales, generalmente transitorias y seguidas de crítica, fenómenos de presencia.

  • Conductas: Hiperfagia o anorexia, alteraciones del sueño, sueño con el fallecido o la situación, distracciones, abandono de las relaciones sociales, evitación de lugares y situaciones, conducta de búsqueda o llamada del fallecido, suspiros, inquietud, hiperalerta, llanto, visita de lugares significativos, atesoramiento de objetos relacionados con el desaparecido.

Todo lo descrito hasta aquí, son definiciones de los alcances de la vivencia del duelo, no quiere decir que en un duelo vayamos a vivir todo esto.

Los duelos constituyen una condición natural, un estado de tránsito, por un cambio biográfico importante dada la desvinculación (algunos llaman pérdida), con algún objeto, animal o persona significativa.


Dinámica Psicológica en el Duelo

Cuando nos vinculamos, sea con personas, animales o cosas, una de las características del vínculo es que en el "objeto vincular" depositamos nuestras proyecciones. Proyectar significa, identificar características propias (sea que las reconozcamos o no) en el "objeto vincular", es decir, decimos de los demás aquello que contenemos. Pondré un ejemplo con un ejercicio muy sencillo que trabajamos en terapia Gestalt: Elige un objeto que llame tu atención del salón en el que te encuentres. Ahora ponte en contacto con él, es decir, míralo, tócalo, identifica sus características. Ahora juega a que te conviertes con todo tu cuerpo en ese objeto y preséntate diciendo las características que tienes como el objeto, ejemplo, "soy un closet y me caracterizo por ser contenedor, acogedor, facilito el orden,, etc.". Una vez que te presentaste como el objeto, entonces ahora repite exactamente las mismas características, pero desde la persona que eres: "Soy Oswaldo y me caracterizo por ser contenedor, acogedor, facilito el orden, etc.". Cuando me doy cuenta que esas características las contengo también, entonces recupero mi proyección, entonces conozco algo más de mí, integro una característica propia que había alienado a través de la proyección.

Cuando ocurre un duelo, significa que en el "objeto del duelo" (sea persona, situación o cosa), hemos depositado una serie de proyecciones y cerraremos el duelo cuando éstas proyecciones las recuperemos. Ejemplos claros: "Fulano se llevó mi felicidad, nunca más sonreiré" "Mis ganas de enamorarme se fueron con él" "Desde que perdimos la casa nunca experimenté la sensación de estar en casa nuevamente", etc.


ASPECTOS SINGULARES EN EL DUELO

Los aspectos singulares serán las formas particulares en que cada uno asimila la experiencia, en el modo de recuperación de la proyección. Tiene que ver con preguntarse a uno mismo "y ahora que ocurrió... ¿qué tengo que ver con ésta ruptura del vínculo?" (en el caso haya sido partícipe de una situación reversible o transformable como una ruptura amorosa, desvinculación laboral, etc.), en el caso que sea alguna situación súbita, como una muerte repentina, "¿qué es lo que me duele?" "¿qué necesito para despedirme?", si ésta situación se prolonga, "¿de qué manera me impido soltarlo?" y al descubrirlo, impregnarse del coraje necesario en el que puedo pasar del "vete o lárgate" al "me voy, me largo, te saco de mi vida, te digo adiós". 

Éstas preguntas son una guía para empezar un movimiento diferente de vida, ese punto en el que podemos comprender que crecer implica soltar, que amar también significa despedirse, y de este modo abrirnos a entender el misterio cósmico de que todo ciclo tiene un final, comprender que la muerte es un momento de la vida como lo es el nacer, comprender que la muerte es parte de la vida y no su opuesto... descubrir, comprender, asimilar y seguir viviendo...


El "Después"

El después significa, pasado el duelo, es decir, que cuando ha pasado ya el tiempo y vuelvo a mirar hacia la situación, entonces puedo descubrir que ahora veo diferentes las circunstancias, hago una lectura distinta y hasta puedo descubrir la gratitud, por caótica que haya sido la experiencia, la gratitud de que en ella pude descubrirme, pude conseguir una pieza más de todos los fragmentos en que me he dividido en la vida y puedo experimentar un poco más de mí, puedo experimentarme más completo, porque el pegamento de ese fragmento a este que soy se llama "amor" y amarme implica mirarme sin enjuiciarme, recibirme, expresarme, pedir la forma en que necesito ser acompañado, escucharme, asistirme tal como lo necesito y entregarme a este ser reparado, hasta que puedo despertar y darme cuenta que ya no estoy siendo reparado, ahora soy amorosamente, ahora soy amor y soy cuidado.

Cuando ocurre este después, seguro que el duelo será una experiencia cercana porque alguna persona querida lo vivirá y acudirá a nosotros como amigos y en ese momento, no evitaremos el dolor de nadie, ni el propio, sino que acogeremos, escucharemos, alentaremos, contribuiremos en la reparación del otro y nuevamente el despertar, para darnos cuenta que podemos tratar al otro de esta manera, simple y sencillamente porque así nos estamos tratando.

De alguna manera, el duelo es una experiencia que vivida a plenitud, nos sirve de ruta para hallarnos, para comprendernos y comprender a los demás, para comprender la vida, y para integrarnos con nuestra propia capacidad sanadora mediante el amor.








viernes, 29 de enero de 2016

Felicidad: la exigida y la fluida

A finales de los años 90`s, empezó un movimiento en la Psicología que ha ido tomando fuerza con el tiempo, debido a la línea de investigación y temas abordados; se llama Psicología Positiva, la cual fue promovida en el inicio por Martin Seligman y Mihaly Csikszentmihalyi. Ellos partían de la idea de que la Psicología se había dedicado a estudiar el enfermar mental, la psicopatología (a lo cual designaron como "lo negativo") y no de los aspectos sanos del ser humano como el bienestar psicológico, optimismo, la felicidad, etc.

Honestamente, no me siento conforme con utilizar las palabras "positiva" o "negativo" ni pienso en el enfermar como opuesto a la salud, sin embargo, me alegro de saber que existen, pues le dan un espectro mayor de estudio a la psicología.

Uno de los temas más estudiados por ésta corriente se llama Felicidad, la cual también es vista como sinónimo de Bienestar Subjetivo y Flujo Positivo.

A lo largo del tiempo, alrededor del tema "Felicidad" se han presentado una serie de asociaciones que coinciden probablemente con los paradigmas dominantes de cada época. Por ejemplo, en el año 1967 un tal Warner Wilson concluyó en su estudio que la persona feliz es "joven, saludable, bien educada, extrovertida, optimista, libre, religiosa, casada, con alta autoestima, moral de trabajo, aspiraciones modestas, de cualquier sexo y de una amplia gama de niveles de inteligencia" (citado por Cuadra, H. & Florenzano, R.; 2003). Esto quiere decir que la felicidad estaba asociada a características demográficas, como la edad, el sexo, la condición socioeconómica, etc. Hoy por hoy, la felicidad está más asociada a los procesos que están involucrados en el bienestar, como lo señala Csikszentmihalyi (1999), cuando habla del llamado Flujo Positivo: "estado en el cual las personas se hallan tan involucradas en la actividad que nada más parece importarles; la experiencia, por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tengan un gran costo, por el puro motivo de hacerla".

Y hay psicoterapeutas, que no tienen nada que ver con el movimiento de la Psicología Positiva, como Barry Stevens, que en su libro "No empujes el río porque fluye sólo" dice que "la Felicidad consiste en permitir que las cosas ocurran" (volveré a ésta cita más adelante), y así en diversos espacios terapeúticos, sobretodo en los Gestálticos, la felicidad tiene que ver con esto, con un estado, con una actitud inclusiva de las diversas emociones que nos permitimos vivir, abriéndonos a las situaciones que vivenciamos, abriéndonos a la vida.

La exigencia de la Felicidad

Le llamo "exigencia de la felicidad" a éste afán marketero-publicitario de vender la felicidad, de tratar de asociar felicidad a la compra, de "generar necesidad" en las personas para que en la compra el consumidor se sienta "feliz". Además de toda una cultura que nos vende el mundo partido en dos, entre las cosas "positivas" y "negativas", asociando la felicidad a "estados positivos". Como la primera investigación que cité de Warner Wilson. Con esos resultados en la investigación, para ser feliz habríamos de haber nacido en "el lugar correcto", que significaría un hogar con poder adquisitivo y donde hayamos tenido acceso a una educación de élite.

El tema es que hasta el día de hoy, nos vamos comprando esa idea y andamos exigentes con nosotros mismos por vivir "felices". Un claro ejemplo de la venta del "bienestar" es que hoy por hoy está de moda el control de todo, incluido el horario: ir al gimnasio y al nutricionista para trabajar la imagen, contratarse un Coach para trabajar las "fortalezas" y disminuir los "defectos", crear un perfil de facebook que venda (todo es maravilloso, tan maravilloso que no se diferencia lo íntimo de lo público, y se muestra la comida que cada uno come, los lugares a los que va y viaja, etc.), tener mascota y contratar un entrenador de mascota (sea perro, gato o la mascota que sea), volverse defensor de los animales vía Facebook (es decir, un activismo virtual y no real), beber el fin de semana porque "toda la semana trabajé" y por si fuera poco aspirar a un proyecto de vida que incluya la pareja perfecta e hijos si es posible, en las mejores condiciones económicas posibles, con los mejores juguetes posibles, etc., con la boda del año, en la que cada uno termina endeudado, en una ceremonia de una religión en la que no cree o cree de modo "ligth" (a conveniencia) porque no cumple con su ideología o preceptos.

Y así, la felicidad empieza a ser una carga muy pesada...


Fluir como un río, formar el propio cauce en contacto con la tierra... Ser Feliz

Quiero volver a Barry Stevens: "la felicidad consiste en permitir que las cosas ocurran". Tal como lo entiendo, desde el enfoque no sólo de terapia sino de vida que tengo y que voy descubriendo, tanto en mi vida como en la de las personas que acompaño; ésto se traduce en soltar la idea de que tenemos el control, cuando el control es una ilusión. Dejar que las cosas ocurran, que los acontecimientos pasen no significa desidentificarse de la vida ni soltar el protagonismo de la misma; simplemente significa que estemos dispuestos, abiertos a los acontecimientos que vivimos y en ellos hallemos el escenario de descubrimiento de nosotros mismos y del mundo, en aquellas circunstancias que no dependen de nosotros, utilizando y desarrollando nuestros recursos personales, de vida, no sólo psicológicos, sino más íntegramente humanos, organísmicos. Significa entregarnos.

Pongo el ejemplo de las olas en el mar; no se trata de luchar con el mar y sus olas, sino de tomar la fuerza de las olas para movernos, para surfearla... no se trata de luchar contra la vida y lo que vivimos, se trata de tomar la fuerza de la vida, se trata de surfear la vida.

No pretendo dar fórmulas de felicidad, no lo pretendo porque no creo que exista, pienso que la felicidad es permitirnos descubrir en nuestra experiencia y la experiencia de cada uno es muy particular. En todo caso, sí creo que hay ciertas asociaciones, respecto a lo que no es felicidad o lo que no la incluye:

- La felicidad no es una compra ni una adquisición.
- La felicidad no es una persona.
- La felicidad no es un espíritu que nos posee y no proviene del poder de alguien, en todo caso, se construye en la disposición del encuentro con alguien.
- La felicidad no es una acción.
- La felicidad no es una emoción, quiero decir más precisamente, la felicidad no es alegría (puede incluirla, pero no es lo mismo).

Alguna vez le escuché a Claudio Naranjo en un SAT, que quien se siente feliz, se siente saludable, pues hoy por hoy, feliz es sinónimo de saludable.Considero también que la felicidad la construimos cuando aquietamos al juez interior con el que nos juzgamos por cada acto de nuestra vida y empezamos a abrazar cada parte de nosotros mismos con aceptación y respeto; siendo así, nuestra felicidad incluye la contemplación, el encuentro, el compartir, el hallarnos entrañables con la vida y nuestros semejantes, el placer, el gozo, el regocijo y la entrega.  La felicidad incluye el experimentarnos vitales e invita al amor.

No sé si implica algo más, esto es lo que voy descubriendo, no pretendo que sea una receta, en todo caso, si se convierte en el punto de partida de cada uno para explorarlo, bienvenidos...





















miércoles, 30 de diciembre de 2015

Con la Consciencia Fragmentada

En estas fechas, finales del año, cuando hago un repaso de lo sucedido, lo transitado, lo experienciado y lo vivido, conecto con las preguntas de siempre, las más existenciales, empezando por: ¿qué sentido tiene todo esto que vivo?¿Cómo hago para estar en esta situación?, pasando a ¿qué sentido tiene esto que le está ocurriendo a los demás? y continúo con una larga lista de preguntas a las que vuelvo y reviso una y otra vez...

Desde hace muchos años, incluso recuerdo que desde niño, empecé a cuestionar el sentido de estar vivo, el sentido de la existencia, no entendía los cambios rotundos que invitan a decisiones de vida importantes (como una mudanza, como un cambio de colegio, cambios económicos, etc.), no entendí qué sentido tenía que vaya al colegio; incluso recuerdo un compañero, que siendo adolescente se suicidó. Recuerdo muchas circunstancias con las que estuve siempre invitado a cuestionar la existencia, la vida, Dios, el cosmos, etc.

Desde hace muchos años, viviendo y siendo testigo de acontecimientos como éstos, me convertí en un buscador, y tal vez ni siquiera me convertí, sino que me hallé así, buscando, movilizado por mi propia angustia, la cual llamaría existencial. He pasado por distintas filosofías, religiones, prácticas, retiros, ayunos, etc. Me licencié como psicólogo y luego me especialicé como Psicoterapeuta, he pasado por distintos enfoques también, diversas experiencias y es curioso, nunca hallé una respuesta absoluta (ya dudo de que exista), lo que si he hallado son rutas y lo curioso es que así como dijo San Agustín "todos los caminos conducen a Roma", me doy cuenta que todos los caminos conducen a mí.

Me he ido hallando y me llamo Mismidad. Me leo y suena a filosofía Yoica, y así lo entendí en el inicio, y empecé a adoptar esta frase de "a la mierda el otro" "que se haga cargo" (entendiéndolo como un "que se joda"). Seguí caminando esta senda y me fui hallando con la imperiosa necesidad de un Tú, es decir, de un otro, de la Otredad. Nos guste o no, necesitamos el contraste para establecer configuraciones del mundo, para delimitar, y la posibilidad de la existencia del otro,  me convoca a mirar más allá de mí, a contemplar, a encontrar, a resonar, a fugaces instantes de eternidad.

Hoy, a estas alturas del camino, lo que voy encontrando es la trascendencia de los instantes a través del encuentro con otro, la trascendencia de la existencia a través del vínculo, el crecimiento a través del compartir con los demás, un compartir comunal, es decir, tomar decisiones y mirar desde lo conectados que estamos, cómo mis decisiones afectan al otro (pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo), compartir y trazar rutas comunes para que cada uno se halle Mismidad, tome de referencia Otredad y lleguemos así al registro de nosotros Comunidad.

No tengo muchas respuestas claras, sino fragmentos de una muy larga; por distintos lugares veo cada vez más convocatoria a la concientización, sobre el planeta, el descubrimiento personal, la conciencia planetaria, la interconexión de todos como una gran matrix, etc.

Los fragmentos que hallo, son los que he venido describiendo hasta aquí, y aún siguen mis preguntas, como por ejemplo: ¿es necesario un Dios?¿una religión?¿creer?¿fé en lo que no está presente o presencia en el aquí y ahora?

He hallado algunos fragmentos, como digo, puedo decir aún con la consciencia fragmentada, que tengo rastros, aún no certezas más que las caminadas.... hallé una carta del 2009 con la que hago más vigente esta pregunta ¿necesito un Dios?; una canción de Vangelis (Conquest of Paradise), que dice "hay rayos de luz en el corazón del hombre, que desafían la muerte de la noche, un rayo que brilla en cada alma como las alas de la esperanza cogiendo Vuelo"; Dos Oración de San Francisco de Asís, y un dicho druídico. (Todas anexadas al final)

Con la Conciencia fragmentada, aún me pregunto, aún busco y me mantengo vivo descubriendo, en el día a día, en mi encuentro con otros, sea mi pareja, mis amigos, mi familia, los demás... en el día a día, descubro a través de ser testigo de la transformación y crecimiento personal de otros. Día a día descubro, mi ser un elemento más de la naturaleza como lo son los árboles, los animales, el paisaje, mis semejantes.

Aún no tengo respuestas completas; Sí tengo un camino de respuestas en mis experiencias, sí tengo respuestas en el ahora del encuentro; no hallo filosofías certeras, no hallo religiones que convoquen la unidad sin querer imponerse como la verdadera, hallo mi conciencia fragmentada pues aún no puedo integrar todo esto, sólo tengo rastros y entre estos rastros me hallo, contigo, conmigo, con todos.... a veces me vuelvo a perder y tengo la suerte de hallar el camino de regreso....

Me quedo con una frase de Jorge Drexler en su canción "Bolivia", frase a explorar, frase de rastros: "Los caminos de ida, en caminos de regreso se transforman, porque eso, una puerta giratoria.... no más que eso es la historia".





ANEXO 1:

Para:     Dios

Creador y Padre de todo lo creado

Estimado Dios Mío:

En ocasiones, cuando me hallo con el recuerdo roto, parece que en el HOY te olvidas de mí… parece que en el HOY te cansaste de mí…

Ya que cuando te busco no te encuentro, he optado por no buscarte, tal vez así, mi única compañera de viaje (la esperanza) me permita pensar que te animarás a volver, que te animas a buscarme, ya que te extraño y perdí el camino de regreso… tal vez sólo quede caminar, al final, a pesar de todo, el mundo sigue girando…

A veces, buscar el límite y conocerme, me arriesga, ya que supone el alejamiento; sin embargo, como la lucha que es (a pesar que siempre la perderé ante tí), no la dejaré hasta que me bendigas, pues he luchado tanto por mi solitud y mi soledad, que ahora que se hace presente, me descubro en el límite de mí mismo, en esa parte extraña de mis fronteras donde comienza el otro, donde comienzas tú... que no dejan de ser mías, que no dejan de ser mi mismo.

¿Es que eres tan difícil?

No lo sé… pero aunque no lo sepa, se debe ocultar un sentido en ese extraño ritual de volver a la fuente… calma mi sed, hazme volver, hazme descubrir, hazme… re-hazme… para volver a partir, ser ese errante vagabundo del mundo con brillo tuyo, que se pone de novio con la oportunidad que le diste, con la posibilidad que le diste…. Con la vida.

Ya no se qué más hacer, salvo dejar de hacer… ¿qué quieres que haga?... ¿hay algo que hacer?

Nada se compara a la dulzura con la que me miras, la brisa con la que me rozas, el silencio en el que das espacio a mi clamor, a mi grito ahogado, tal vez no escuchado (aún no lo sé), en el cual vacío de mí y vacío de ti busco llenar-me… ¿es acaso esto un grito? ¿es acaso un reclamo? Es simplemente la búsqueda del eco que hay en este espacio, ese eco que vuelve con algo de ti para que en las mismas palabras me responda, para que en las mismas palabras me respondas… ese eco que vuelve con algo tuyo, con algo mío, con algo de mundo, con algo de eternidad…

No sé qué más decir-te, no sé qué más clamar-te y reclamar-te… no sé con qué más adorar-te, ¿es que acaso ser mi mismo no basta? Si con cantar-te bastara, si con recitar-te bastara, qué sería entonces ese delante mío que eres, al que quiero alcanzar… al fin y al cabo eres como la línea del horizonte en el mar… mientras más me acerco más te corres (cual niño juguetón y caprichoso) y no sé si te alcance, pero al menos baja la velocidad, porque a  veces te corres y te pierdo o quizás sea que me fatigo, no lo sé…

En el libro que es mi vida, has escrito en mis hojas tus líneas, con plumón indeleble; hay otras en blanco que a veces cuesta escribir, supongo que las dejaste ahí para que las escriba yo mismo, sólo no cambies la tinta, para que lo que hago tenga algo de ti, para que todo lo que hago tenga sabor a ti, tenga olor a ti… No quiero tener nostalgia de ti, sino regocijo de ti, alegría de ti… y seguro, en esa reciprocidad, quisiera que tú tengas también alegría de mí y regocijo de mí… pero no hablas, aunque a veces te escucho (¿curioso no?), no me tocas aunque a veces te siento, no me dejas aunque a veces te extraño…

Ahora me despido, con necesidad de respuesta, una de esas clásicas (imprevistas con toque milagroso) a las que me tienes acostumbrado… al fin y al cabo ¿qué más da un milagro?.



Eternamente tuyo…
Oswaldo (30/11/2009)



ANEXO 2:


Vangelis (Conquest of Paradise)


"Hay rayos de luz en el corazón del hombre
Que desafían la muerte de la noche
Un rayo que brilla en cada alma
Como las alas de la esperanza cogiendo vuelo

Un día soleado, el nacimiento de un niño
Las pequeñas cosas que decimos
Un brillo especial en la mirada de alguien
Sencillos regalos, cada día

En algún lugar hay un paraíso
Donde cada uno encuentra libertad
Está aquí en la tierra y a la vista
Un lugar donde todos encontramos nuestra paz

Ven, abre tu corazón
Toca las estrellas
Cree en nuestro poder
Ahora, aquí en este lugar
Aquí en esta tierra
Es la hora

Es un lugar al que llamamos paraíso
Cada uno de nosotros tiene el suyo propio
No tiene nombre, no tiene precio
Es un lugar al que llamamos hogar

Un sueño que llega más allá de las estrellas
Del interminable azul del cielo
Siempre preguntando quién somos
Siempre cuestionando por qué

Ven, abre tu corazón
Toca las estrellas
Cree en nuestro poder
Ahora, aquí en este lugar
Aquí en esta tierra
Es la hora

Hay rayos de luz en el corazón del hombre
Que desafían la muerte de la noche
Un rayo que brilla en cada alma
Como las alas de la esperanza cogiendo vuelo

Como las alas de la esperanza cogiendo vuelo"

ANEXO 3:
Oraciones de San Francisco de Asís
¡Oh Alto y Glorioso Dios!
Ilumina las tinieblas de mi corazón,
Dame fe recta, esperanza cierta,
sentido y sabiduría, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz Mandamiento (Amar).


Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
D
onde hay odio, que lleve yo el Amor.

D
onde haya ofensa, que lleve yo el   Perdón.
D
onde haya discordia, que lleve yo la Unión.
D
onde haya duda, que lleve yo la Fe.
D
onde haya error, que lleve yo la Verdad.
D
onde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.

D
onde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.


ANEXO 4:
Deja que tu dulce morada se ilumine con el brillo de las estrellas y la melancólica luz de la luna y que el gran sol derrame en ti sus esplendorosos rayos cuando le temas a la permanencia de la obscuridad y del mal.
Acepta que la tierra te acoja en su seno, que el serpenteante viento acaricie tu rostro, que las aguas purifiquen tu cuerpo y tu alma, mientras el fuego te seque con su poder divino. Sólo entonces vivirás en tranquilidad con la naturaleza y contigo mismo.
Nunca olvides a tu raza, porque es la única conexión que tienes con tus antepasados, y tus antepasados son la herencia de lo que eres hoy.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Impasse

Cuando empecé a formarme en Terapia Gestalt, recuerdo que leía a Perls y revisaba en clase sobre el impasse. Conforme fui profundizando me fui dando cuenta en que el impasse estaba presente en mi hacía mucho, y noté que no era ajeno, que todos lo vivimos.... 

¿qué es el impasse?

El impasse es ese momento, esa situación existencial en la que he soltado algún recurso, forma de vida, costumbre, etc. y en el que aún no he hallado uno nuevo. El impasse es un momento de tránsito, es como un bebé, el cual va soltar la teta por el biberón, o el peluche viejo para recibir uno nuevo. Voy recordando también la antigua serie "Tarzán", es ese momento en el que suelta la Liana y aún no ha tomado una nueva.

Si llevo este impasse a ejemplos concretos más cotidianos, está el haber salido del trabajo y aún no haber conseguido otro, haber terminado una relación de pareja, que implica un estilo de vida, hábitos, actividades, etc. y de pronto terminar y hallarse sin ninguna de esa posibilidades; es el momento en que se acaba una situación, experiencia y nos quedamos "en el aire".


¿Qué implicancia tiene?

El Impasse suele proponernos el escenario para la experiencia del vacío, la experiencia de angustia, es un escenario que nos confronta con el dolor y con toda emoción pendiente, es decir, aquella que no nos permitimos sentir.

Cuando nos atrevemos a transitar el impasse, entonces nos atrevemos a sentir, a conectarnos con nuestra más profunda dimensión, pues la experiencia de crisis, dolor, vacío, son experiencias transformadoras, que nos permiten desarrollar nuevos recursos ante la vida, pues sólo del vacío surge la creatividad, y con creatividad no me refiero a ideas nuevas, me refiero a propuestas nuevas de vida, a lo que llamamos Ajuste Creativo, es decir, la capacidad para resolver de forma novedosa aquello que vamos viviendo.

Cuando por el contrario, no nos animamos a vivir el impasse, tendemos a regresar a lo mismo. Un claro ejemplo de un impasse no resuelto es el dicho "más vale malo conocido que bueno por conocer". La no resolución del impasse significa volver a lo mismo, utilizar lo ya conocido. Me parece un ejemplo clarísimo a nivel social, lo que pasa en política, si revisamos a los candidatos, quienes tienden a liderar los procesos son exactamente los mismos, no miramos alternativas diferentes como sociedad, no nos lanzamos al vacío de una nueva posibilidad, no estamos dispuestos al cambio.


Recuerdo un cuento de Jorge Bucay:

...Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.

Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?

Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?

El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra.

.. Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.

Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.



La Resolución del impasse consiste en esto, en animarnos a correr el riesgo y ese riesgo es el transitar todas nuestras emociones, vivenciar el vacío, la angustia, el dolor y aprender a acompañarnos a nosotros mismos en ello. Vamos resolviendo el impasse cuando empezamos a decidir diferente, a asumir (responsablemente) nuestras decisiones y cuando poco a poco vamos aprendiendo a disfrutar de lo que vivimos, sea pena, alegría, miedo, etc. aprendemos a disfrutar de estar vivos incluidas nuestras emociones sean cuales fueran.

Me encanta como lo dice Alexandre Jollien: "¡Qué consagrado oficio, el de ser hombre! Alegre y austero, exige una peligrosa inversión de todos los instantes!".

Atravesar el impasse nos permite tener un registro más amplio de lo que significa ser nosotros mismos, un aumento en la experiencia de ser, una mayor posibilidad de aprender a SER genuinamente nosotros.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Emociones

A diario, no sólo en el consultorio sino también en aulas, en programas de entrenamiento emocional (como los de inteligencia emocional, asertividad, etc.), leo y escucho que clasifican las emociones, es decir, le dan importancia según la conveniencia. Ésta forma de nombrar las emociones y clasificarlas está difundida y sostenida culturalmente y además le adhieren un sustento: "esas emociones son negativas porque te hacen reaccionar así". Ninguna emoción "nos hace" reaccionar, eso es restarnos la responsabilidad del sentir, somos nosotros los que hacemos algo al sentir la emoción que sentimos, en otras palabras, no somos responsables de sentir, sino de lo que hacemos con lo que sentimos.

Hay incluso, quienes atribuyen a nuestras emociones como causa de catástrofes y de muchas decisiones que en consecuencia fueron desfavorables. Incluso hay miradas racionalistas al respecto y quienes se niegan la posibilidad de sentir.

Las emociones también han sido juzgadas como la "falla" del aparato psíquico humano, como un gran monstruo, y no lo son, las emociones son tan naturales y propias de nosotros como organismos, tal como lo es respirar, comer o beber, a tal punto natural que Antonio Damasio (neurocientífico), señala que "la percepción de las emociones es la base de lo que los seres humanos llaman desde hace milenios, el alma o el espíritu".

Entonces, ¿qué son emociones?

En términos de experiencia, las emociones son un "algo" que sentimos en el cuerpo. De modo más académico, son reacciones, vivencias internas que tienen un correlato fisiológico (energético). Son sensores, una especie de guías internos y ayudan a comunicarnos (Damasio, A.).

Experimentar emociones es parte de la naturaleza humana, clasificarlas en taxonomías (Tipo: bueno-malo, positivo-negativo) es enjuiciarlas, contribuyendo con este juicio a la represión, inhibición y/o control con el que tratamos de extinguirla.

Como dice mi amigo Alberto (en su primer libro "Un primer contacto con la Gestalt"), al no permitirnos sentir nuestras emociones entorpecemos las funciones de: autorregulación biológica, psicológica y de adaptación al entorno.

Cuando no nos permitimos sentir, es tan significativo como no permitirnos digerir, el sentir es una función natural y de esa función natural que activamos en cada situación, surgen nuestras necesidades. Mientras menos nos permitamos sentir, entonces menos registro tendremos de nuestras necesidades y por lo mismo menos satisfechos o en todo caso más insatisfechos estaremos.

Al no sentir, interrumpimos a tal punto nuestra autorregulación, que puede estar entorpecida por años, y al estar así entorpecida, favorece la aparición de síntoma como por ejemplo, gastritis, problemas pulmonares, colon irritable, etc. Así también, he atendido a personas que no se permitieron llorar la muerte de un ser querido, o el abuso que recibieron de niños, etc. y en consulta, luego de 20 o 30 años de ocurrido el hecho, pudieron romperse a llorar como lo necesitaron, un llanto de 30 años y al llorarlo y aprender a acompañar al niño interior que necesitaba el llanto, o al adolescente interior que necesitaba explotar el enojo, entonces aparece un proceso de sanación, comprensión y asimilación de la vida muy profundo y rico.


Me siento bien... me siento mal...

Habitualmente, cuando nos encontramos con alguna persona, nos preguntan o preguntamos ¿cómo estás? y lo que respondemos suele ser "bien" o "mal". Lo mismo respondemos cuando nos preguntan "¿cómo te sientes?".

Las repuestas "Bien" y "Mal" constituyen por sobretodo un cliché, pues respondemos de manera automática, incluso sin saber cómo estamos. Ambas palabras (bien y mal) constituyen juicios,  construidos socialmente a los que se le atribuye carga afectiva, sin embargo, siguen siendo juicios. Si bien cada uno tiene su escala de valor, socialmente suele estar asociado el "bien" a la alegría, tranquilidad y el "mal" a la tristeza, enojo, miedo, vergüenza, envidia, resentimiento, etc.

Siendo de este modo, es más lo que nos prohibimos sentir que lo que nos permitimos. Lo curioso es que las emociones las registramos en el cuerpo, por ejemplo, al sentir tristeza hay quienes sienten un "nudo en la garganta" o "vacío en el pecho"; al experimentar enojo, suele aparecer "calor en los brazos" "tensión en brazos y piernas"; al sentir angustia "un retorcijón en la panza"; etc.

Las emociones las experimentamos en el cuerpo y el cuerpo no siente "bien" o "mal", el cuerpo siente. Como cuerpo sentimos y al sentir, entramos en contacto con nuestra necesidad, si dejamos de enjuiciar lo que nos ocurre, y centramos nuestra atención en la zona del cuerpo en la que estamos sintiendo, ésta emoción se hará más intensa hasta llegar a la intensidad necesaria para poder descubrir qué hacer con lo que sentimos, e invertir nuestra energía en acompañarnos a sentir la emoción que estamos experimentando hasta agotarla, pues, las emociones se agotan, en cuanto energía, tienen una parte de carga y otra de descarga, cumplen un ciclo.


¿Emociones Positivas y Negativas?

Otra forma de discriminación emocional, es la clasificación que hacemos de Emociones Positivas y Emociones Negativas. Las emociones, así como no representan ni al bien ni al mal, tampoco representan lo positivo y lo negativo.

Positivo y Negativo, son juicios y tampoco les corresponden ya que las emociones, -reitero- no son juicios, las emociones son toda una experiencia, una vivencia, con un correlato fisiológico, que se traduce en sensaciones corporales, que nos anuncian el significado de estar vivos sin tener palabras para ello, son señales y funciones; y representan una parte fundamental en el camino de autodescubrimiento y trascendencia.

¿Qué hacer con mis emociones?

Sencillo.... sentirlas.

Aprender a escucharnos es aprender a conectarnos con nosotros mismos, es aprender a entrar en contacto con nuestro cuerpo, con las sensaciones que vamos identificando, explorar y adentrarnos en nuestra propia intensidad, al punto que nos permitamos sostenerlo: así nuestra emoción se constituye en mensaje, existencial incluso, y nos irá facilitando el descubrir, cada vez más claramente aquello que necesitamos y nos abrirán las puertas a un camino más genuino de expresión.

Importantísimo: Para que nuestras emociones sean camino, es importante identificar si lo que sentimos está en función a lo que ocurre en verdad, a lo que percibimos, o está en función a lo que imaginamos. Ejemplo; no es lo mismo sentir pena frente a la muerte de un ser querido, que representa un hecho; que sentir pena o angustia, frente a la idea de que reprobaré un examen, sin haberlo dado aún.


Incorporar nuestras emociones es una invitación a estar completos, aprender a responsabilizarnos por lo que hacemos con ellas, nos adentra en el camino de la madurez y poder diferenciar si parten de lo que imaginamos o de lo que percibimos, nos aporta trascendencia, nos abre las puertas a un camino de paz e integración con nosotros mismos (tan peleados que andamos) y nos abre puertas de encuentro genuino con nuestros semejantes.

Abrazo.

Os.